Según dice la legenda, Sedna era una bella mujer Inuit, que vivía con su padre que era viudo, era vanidosa y creía que era demasiado hermosa para casarse con cualquier hombre. Todas las veces desdeñó a cazadores que vinieron para casarse con ella.
Finalmente, un día, su padre le dijo a ella “Sedna, no tenemos comida y tendremos hambre pronto, necesitas un esposo que te cuide, así que con el primer cazador que venga a pedir tu mano, te deberás casar con el”.
Sedna ignoró a su padre y siguió peinándose su cabello, mientras miraba su imagen reflejada en el agua.
Pronto su padre vio otro cazador que se aproximada. El hombre estaba elegantemente vestido con pieles, lucía muy bien, aunque se tapaba su cara. El padre de Sedna le dijo al hombre “Si desea encontrar una esposa, yo tengo una hermosa hija. Ella puede cocinar y coser y se que será muy buena esposa.
Protestando desesperadamente, Sedna fue puesta en la barca del cazador, para llevarla a su nueva casa. Pronto arribaron a una isla. Sedna miró a su alrededor, no podía ver nada. Ninguna choza, ninguna tienda, apenas rocas peladas y un acantilado.
Ella gritó e intentó escapar, pero el pájaro la arrastró a un claro en el acantilado. Ese sería el nuevo hogar de Sedna pelos de animal y plumas de pájaros puestos alrededor de una roca dura y fría. El único alimento que ella tenía para comer era pescado. Su esposo, el cuervo le traía pescados crudos después de volar durante un día en busca de alimento.
















